jueves, 23 de noviembre de 2017

Cuento Taoísta: Lao Tse y el Tribunal Supremo

Lao Tse fue muy famoso, un sabio, sin duda alguna uno de los hombres más sabios de todos los tiempos. El emperador de China le pidió muy humildemente que fuera el jefe de su tribunal supremo, porque nadie podría guiar las leyes del país mejor que él.



Él trató de convencer al emperador: «No soy la persona adecuada», pero el emperador seguía insistiendo. Lao Tse dijo:

—Si no quiere usted escucharme... Con un solo día que pase yo en el tribunal se convencerá de que no soy la persona adecuada, porque el sistema es erróneo. Por humildad, no le estaba diciendo la verdad. O puedo existir yo, o puede existir su ley y su orden y su sociedad. Así que... intentémoslo.
El primer día trajeron al tribunal a un ladrón que había robado casi la mitad de la fortuna del hombre más rico de la capital.

Lao Tse escuchó el caso y luego dijo que tanto el ladrón como el hombre más rico deberían ir a la cárcel durante seis meses.

—¿Qué está diciendo usted? Me han robado, me han desvalijado... ¿Qué tipo de justicia es esta, que me está mandando a la cárcel el mismo período de tiempo que al ladrón? —dijo el rico.

—Ciertamente, no estoy siendo justo con el ladrón. Usted tiene más necesidad de estar en la cárcel, porque ha acumulado tanto dinero para usted mismo, ha privado a tanta gente de dinero...

Miles de personas están en la miseria y usted sigue acumulando más y más dinero. ¿Para qué? Su propia avaricia está creando estos ladrones. Usted es responsable. El primer delito es suyo —respondió Lao Tse.

—Antes de que me envíe a la cárcel, quiero ver al emperador, porque esto no es conforme a la constitución; esto no es conforme a la ley del país —protestó el rico.

—Eso es culpa de la constitución y culpa de la ley del país. Yo no soy responsable. Vaya a ver al emperador —replicó Lao Tse.

El rico le dijo al emperador:

—Escuche, este hombre debería ser depuesto de su cargo inmediatamente; es peligroso. Hoy voy yo a la cárcel, mañana estará en la cárcel usted. Si quiere salvarse, hay que echar a este hombre; es absolutamente peligroso. Y es muy racional. Lo que dice es  correcto; puedo entenderlo, ¡pero nos destruirá! El emperador lo comprendió perfectamente bien: «Si este rico es un criminal, entonces yo soy el mayor criminal del país. Lao Tse no dudará en enviarme a la cárcel».

Lao Tse fue eximido de su cargo. Dijo:

—Intenté decírselo antes; me está haciendo perder el tiempo innecesariamente. Le dije que no soy la persona adecuada. La realidad es que su sociedad, su ley y su constitución no están en lo correcto. Necesita gente errónea para hacer funcionar este sistema erróneo

Fuente: Libertad: La valentía de ser tú mismo


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