jueves, 22 de diciembre de 2016

Salud Mental en relación a la práctica de Kung Fu

Francisco Ansiaume.
Licenciado en Psicología.

RESUMEN

 Las personas que realizan artes marciales expresan los diversos cambios y beneficios psicofísicos que perciben a partir de su práctica. Beneficios tales como reducción de la ansiedad, mayor autocontrol, confianza en sí mismos, relaciones positivas con los demás, entre otros. Este estudio se propone conocer la percepción subjetiva de los practicantes de Kung Fu  acerca de la relación de este arte marcial con su salud mental. La metodología es cualitativa y el diseño, fenomenológico. Se trabajó con entrevistas semidirigidas  y se procesaron mediante el análisis de contenido categorial temático al discurso de los participantes. Las conclusiones se estructuran a partir del concepto de salud mental como metacategoría, bienestar psicológico y respuestas de afrontamiento como categorías que lo integran. En general los resultados indicarían que la práctica de kung fu es beneficiosa en ciertos aspectos del bienestar físico y psicológico, y en cierto tipo de respuestas de afrontamiento, por lo tanto, contribuye al desarrollo de la salud mental en ese sentido.

 CAPITULO 6: KUNG FU Y ARTES MARCIALES

  

1.     KUNG FU Y ARTES MARCIALES

Existen numerosas artes marciales, provenientes de distintos países orientales: China, Japón, Corea, Tailandia, entre otros. Algunas de ellas son: Aikido, Karate, Judo, Tae Kwon Do, Kung Fu. Entre ellas encontramos diferencias en cuanto a lo específico de sus técnicas, su base filosófica y metodologías de enseñanza. No nos ocuparemos en profundizar sobre estos aspectos,  más bien ponemos de relieve el hecho de que en la modernidad, la práctica de artes marciales es realizada no sólo como una forma de defensa sino como un ejercicio que otorga beneficios a nivel físico, mental y emocional. 
Se considera que el desarrollo de las artes marciales fue consecuencia de las necesidades de supervivencia de los seres humanos, quienes debían emplear su cuerpo como medio de defensa y ataque. Las artes marciales son técnicas de combate a mano desnuda o armada, cuyo origen se encuentra principalmente en el extremo oriente (Bautista Cruz, 2008).
Larousse (1997, citado en Bautista Cruz, 2008, 60) plantea que “su objetivo sobrepasa a menudo el simple aspecto físico y el conocimiento anatómico y fisiológico del cuerpo debido a que sus fundadores la han relacionado con la moral e incluso con la religión”.
Según Gummerson (1993, citado en Bautista Cruz, 2008, 60):
Las artes marciales son muy complejas, por ello se requiere de mucho tiempo para alcanzar cualquier nivel de competencia o de éxito, así como el desarrollo de personalidad y carácter en el caso de los jóvenes. Todo este adiestramiento exhaustivo genera ciertos beneficios: enseñanza de autodefensa, puede mejorar la confianza y la autoestima. Al utilizarse como ejercicio, mejoran el equilibrio, la fuerza, la resistencia, la flexibilidad y la postura; en el ámbito mental, las artes marciales pueden enseñar a enfrentarse al estrés, mejorar la concentración y aumentar la fuerza de voluntad.
Según el diccionario de la lengua española (Real Academia Española, 2001):
“kung fu” es un término que se usa en occidente para referirse a las artes marciales de china o boxeo chino. El kung-fu es una técnica de lucha que se usa para defenderse y atacar al oponente. El significado del término es "técnica o habilidad", por lo que en el idioma chino se utiliza para las más variopintas actividades y no sólo para las artes marciales.
Según el diccionario conciso español-chino, chino-español (Liang Derun, 2007, 43): “el término utilizado en China para los estilos de lucha es “wushu”, literalmente «wǔ 'militar' y shù 'arte, técnica o habilidad': Artes militares o marciales »”.
Las artes marciales chinas tradicionales fueron utilizadas en un principio para la defensa personal y las actividades militares. No eran un tipo de deporte en su sentido original, incluso aunque incluían elementos de la cultura deportiva/física. En vista del hecho de que su antiguo propósito había perdido relevancia en los tiempos modernos, parecía razonable enfatizar sus aspectos deportivos para popularizarlas. Una característica importante de las artes marciales tradicionales chinas es su uso multifuncional como una forma de defensa personal civil, combate militar, deporte competitivo, deporte de masas, espiritualidad y una forma de cuidado de la salud. (Filipiak, 2010).
Tomamos como referencia el libro “Kung Fu: Historia, Filosofía, Técnicas, Kata” para introducirnos exclusivamente en el conocimiento de esta disciplina, ya que no es popularmente conocida como otras artes marciales, dedicamos un capítulo para conocerla en profundidad.
En China se entiende como boxeo mover los dedos, las manos, los hombros, los codos, los puños, las palmas de las manos, así como las piernas, las rodillas, los dedos de los pies, la planta del pie, manos y pies juntos, así como ir adoptando diversas posturas seguidas unas de otras. En China no existe un solo estilo de boxeo chino, sino que se cuentan más de trescientos estilos duros, con características propias, y que junto a estos estilos duros, coexisten otros tantos blandos (internos) y otros de técnicas con armas, es decir, que aparece la idea de “artes marciales chinas”.  Actualmente, a esta idea, se le llama “WU SHU” o “KUO SHU”. (Prat, 1993)
En Occidente, para no caer en problemas etimológicos, se denomina a cualquier estilo chino “Kung Fu”, lo que significa solamente entrenamiento, disciplina, habilidad, tiempo, esplendor, etc. Kung Fu se puede aplicar a cualquier cosa bien hecha hasta el grado de arte. Lo que se consigue por medio del tiempo, el esfuerzo y la inspiración. Es decir que, etimológicamente, el significado de Kung Fu no corresponde al significado que se le da en Occidente, siendo que éste término se utiliza para cualquier estilo y engloba unos 360 estilos diferentes aproximadamente. Por esto, comenzó a utilizarse la palabra Kung Fu precedida del nombre del estilo específico del que se trate (ej. Wing Tsun Kung Fu o Choy Lee Fut Kung Fu). (Prat, 1993)

1.1.       Cronología china del Kung Fu
El hombre primitivo tuvo la necesidad de crear diversas técnicas defensivas y de ataque, no para competición, ni para deporte o ejercicio, sino para salvar su vida. Siempre se ha visto obligado a luchar, ya sea contra animales salvajes o enemigos. Los hombres de cada región, país y continente, fueron creando, según sus propias necesidades, diversas técnicas.
Determinar el origen del Kung Fu es bastante difícil, no se sabe con certeza en qué momento histórico situarlo, pero si se sabe que siempre ha estado unido estrechamente por vínculos religiosos, filosóficos e históricos a la vida china.
Alrededor del año 500 d.C. se sitúa la época en la que vivió Bodhidarma (Ta Mo), un monje budista hindú que se instaló en el templo Shaolin de la provincia de Honan, luego de ser rechazado por el emperador chino del momento, ya que su método le parecía desquiciado y áspero. Se dice que este monje era muy exigente, de mirada profunda y penetrante, de modales bruscos y desafiantes. Ta Mo enseñó una serie de movimientos a sus novicios para que no cayeran dormidos durante las lecturas y meditaciones. Estos movimientos les dieron cuerpos fuertes y saludables. Hasta ese momento, en China existían estilos “internos” (ej. Tai Chi Chuan) muy poco conocidos, pero a partir de la llegada de Ta Mo se originan los primeros movimientos que darán origen a las artes marciales chinas. Se sabe que antes de ese momento existían deportes de combate, incluso técnicas de Kung Fu que habían sido utilizadas en diferentes dinastías para instruir ejércitos, pero no eran demasiado conocidas ni sistematizadas.
En los años 1260, un joven llamado Chuen Yuan, transformó los movimientos enseñados por Ta Mo y los mejoró. Luego, al encontrarse con otro maestro de Boxeo Chino, juntos marcharon al templo Shaolin y siguieron transformando y agregando movimientos, que hoy son el fundamento del Shaolin actual y dieron lugar a los estilos basados en los 5 animales: Dragón, Tigre, Serpiente, Leopardo y Grulla. A partir de allí, el Kung Fu fue expandiéndose por los templos Shaolin. La enseñanza era muy ardua y los monjes graduados eran muy respetados en toda China. A través de los años, el Kung Fu fue esparciéndose por toda China y algunos maestros se dedicaban a estudiar y modificar los estilos.
A partir del año 1840 Inglaterra declara la guerra y obtiene Hong Kong. El pueblo chino se defendió con armas blancas y manos desnudas. Durante mucho tiempo se mantuvieron en guerra, pero, las sociedades secretas de artes marciales nada podían hacer contra las balas de los ingleses. En 1900 el Kung Fu se expansiona por todo Asia, combinándose con los estilos autóctonos de cada región. En 1945 se da el principio de la guerra civil china entre nacionalistas y comunistas. Desde 1950 hasta la actualidad, el Kung Fu ha tomado 2 vertientes. En la República Popular China, los estilos se han unificado y el Kung Fu ha tomado un cariz deportivo y de cultura física. En Hong Kong y Taiwan (nacionalistas), el Kung Fu continúa siendo enseñado a la manera tradicional, se encuentran todos los estilos. (Prat, 1993)
1.2.       Filosofía del Kung Fu
Taoísmo
Se considera que Lao-Tse, un sabio filósofo nacido en China alrededor del 604 a.C. fue el fundador de esta corriente de pensamiento o filosofía. Él entregó un manuscrito, conocido hoy como el Tao Te King, a través del cual se transmite el mensaje de este monje que emerge de detrás de las palabras y que cada uno ha de buscar y absorber por sí mismo. Él buscaba lo supremo, lo último, y lo llamó Tao. El Kung Fu está unido con el ideograma chino Tao, que significa la vida del hombre de acuerdo a las leyes que rigen la naturaleza universal. El Kung Fu absorbió la filosofía taoísta, pasándola a la práctica de la meditación, higiene, respiración, etc. (Prat, 1993)
Budismo Zen
El origen del mismo se remonta a los años en que vivió Buda (560-480 a. C.). Buda o Siddharta fue criado entre grandes lujos y aislado del dolor, la muerte y la miseria. Cuando descubrió que todo eso existía en el mundo abandonó su palacio y su familia, se convirtió en un monje. Buscaba resolver el sufrimiento universal permaneciendo en silencio y en ayuno. La filosofía budista se basa en la ausencia de deseo, ya que plantea que es la fuente de todo sufrimiento. Para alcanzar la iluminación (Nirvana) es necesario abandonar todo deseo. Buda comenzó a predicar su mensaje y obtuvo muchos discípulos. Luego de su partida el budismo se dividió en 3 escuelas. Una de ellas (la escuela del Gran Vehículo) es el que da origen al Budismo Chan (Zen) y penetra en China a través de Bodhidarma. La base del Budismo Zen es la meditación, pero esta tiene diversas formas: ejercicios respiratorios, concentración de la mente, visualización, entonación de sonidos, y mediante el movimiento. Existen movimientos que pueden conducirnos al Samadhi (estado de perfecta concentración mental) y es aquí donde incluimos el Kung Fu. (Prat, 1993)

Yin Yang
Yin y Yang son dos fuerzas complementarias e independientes, que actúan continuamente en el universo. Son diferentes pero se necesitan mutuamente. Yin se refiere a los negativo, pasivo, oscuro y Yang a lo positivo, activo, luminoso. (Prat, 1993)
1.3.       Expansión del Kung Fu en Asia   
 El Kung Fu se expandió por todo Asia influyendo las artes marciales propias de cada región como el boxeo tailandés que da origen a lo que hoy se conoce como Kick Boxing en Occidente, también se introdujo en las islas Hawaii, dando lugar al Kempo Hawaiano; en Indonesia, Sumatra, Java, en las islas Filipinas y también en Vietnam.
En Japón se desarrolla el Karate a partir de los intercambios con los chinos que ocurrían en Okinawa y de los piratas que “tomaban prestadas” las técnicas chinas además de asaltar y robar cuando invadían. Las técnicas fueron muy transformadas en Japón y crearon un estilo de lucha muy conocido.
Corea, puente entre China y Okinawa, asimiló técnicas chinas y otras japonesas, mezclándolas con las suyas y creó el Tae Kwon Do. (Prat, 1993)
  

CAPITULO 7: ARTES MARCIALES Y SALUD MENTAL


2.     ARTES MARCIALES Y SALUD MENTAL

La idea de relacionar las artes marciales con la salud mental no es algo nuevo, existen numerosos autores que han estudiado la vinculación entre la práctica deportiva y, en especial, de artes marciales, con diferentes variables psicológicas como bienestar psicológico, estados de ánimo positivos, ansiedad, etc. Es decir, elementos que están más o menos relacionados con la salud mental, pero que no se refieren exclusivamente a ella, o bien se concentran más en los aspectos físicos, sin hacer tanto hincapié en las variables psicológicas de la misma. El hecho de que no exista, como planteábamos anteriormente, una definición estricta del concepto “salud mental”, hace que sea difícil su investigación, y por ende, clasificar los estudios realizados hasta el momento presente, pues, ninguno toma la salud mental como una variable independiente en su estudio. 
Existen diferentes posturas respecto al tema. Algunos autores, se centran más en el estudio de la influencia positiva de las artes marciales en el área de la salud, más específicamente en personas con patologías, como por ejemplo, en pacientes que presentan estados de ánimo excesivamente depresivos o ansiosos; en adultos mayores que presentan una disminución de sus capacidades funcionales.
En este sentido tomamos un estudio que plantea que el manejo de técnicas de autocontrol que brindan las artes marciales, específicamente el adiestramiento en Tae Kwon Do, además de mejorar la autoestima y el autocontrol, disminuye la disposición del practicante al padecimiento de ansiedad. De esta manera, el arte marcial es una buena herramienta para evitar el estrés, mejorar la concentración y aumentar la fuerza de voluntad. En esta investigación se comparan, en un estudio correlacional, los niveles de ansiedad de un grupo que practica Tae Kwon Do con otro que no lo hace, tomando el manejo de técnicas de autocontrol como el factor más influyente. Para esto se utiliza una técnica llamada IDARE (Inventario de Ansiedad Rasgo Estado) conformado por dos escalas separadas de autoevaluación: Ansiedad Rasgo y Ansiedad Estado, que se utilizan para medir dos dimensiones de ansiedad. Los resultados indicarían que el Tae Kwon Do es un deporte que: permite un desarrollo físico óptimo, pero también propicia el de carácter mental; puede ser considerado como una nueva alternativa deportiva que permite disminuir los niveles de ansiedad; favorece la obtención de técnicas de autocontrol; es una herramienta útil no solo para disminuir los niveles de ansiedad, sino también para prevenir la aparición de ésta (Bautista Cruz, 2008).
Siguiendo en el ámbito de la salud mental, tanto el fomento de entornos deportivos para la práctica de artes marciales como una actividad deportiva organizada, influye positivamente en la percepción del bienestar psicológico, lo que beneficia el desarrollo del autoconcepto y el desarrollo cognitivo de los mismos (Gonzalez Hernandez, 2011).
Bodin y Martinsen (2004, citado en Olmedilla Zafra y Ortega Toro, 2009) realizaron un estudio en el que compararon los efectos de la autoeficacia como mediadora entre el ejercicio físico (bicicleta y artes marciales) en relación a los síntomas depresivos en pacientes depresivos. Observaron que los sujetos que practicaron artes marciales incrementaron los estados de ánimo positivos y la autoeficacia, disminuyendo los estados de ánimo negativos y la ansiedad.
Otra investigación se abocó a analizar el aporte benéfico del taekwondo y el ejercicio físico en la vejez. Los resultados indicarían este arte marcial como una excelente vía para mejorar la capacidad funcional del adulto mayor (Carazo Vargas, 2001)
Otras investigaciones se refieren a los efectos psicológicos y sociales de las artes marciales, sobre todo en los jóvenes. Tomamos un estudio que plantea que hay información controversial respecto al tema. Para obtener una visión más clara, se realizó una revisión sistemática de literatura relacionada (artículos de revistas, tesis y disertaciones) en las áreas de deporte de la sociología, psicología, pedagogía y filosofía. Se utilizaron palabras claves como: artes marciales, judo, aikido, kick boxing, boxeo tailandes, boxeo, taekwondo, karate, niños, jóvenes, adolescentes, efectos, motivación, estilo de enseñanza, participación, agresión. Los resultados sugieren que la participación en las artes marciales es cada vez mayor, sobre todo por parte de  los jóvenes. Las artes marciales promueven la salud y el ejercicio de manera significativa para los practicantes. Los beneficios de esta práctica incluyen una mejor salud y equilibrio global, así como una mayor sensación de bienestar psicológico. No promueven la agresión y se pueden usar como una modalidad de tratamiento para los jóvenes que están en riesgo de violencia. Sin embargo, la mayoría de estos estudios no pueden determinar hasta qué punto los efectos observados pueden atribuirse a la práctica de un arte marcial ya que hay varias limitaciones metodológicas y conceptuales (Woodward, 2009).
Siguiendo con los beneficios socio-psicológicos, tomamos otra investigación que estudia la práctica de artes marciales y las respuestas socio-psicológicas positivas en los niños. Aparecen imágenes contrastantes con respecto al tema. Por un lado hay varios informes que se refieren a las preocupaciones médicas y morales por los efectos negativos en el bienestar personal y social. Por otro lado una creencia común de que la práctica de artes marciales es asociada a efectos socio-psicológicos positivos. Se realizó un estudio con metodología cualitativa, se aplicaron entrevistas en profundidad (semiestructuradas) a 40 niños y niñas de entre 8 y 12 años que llevaran al menos 1 año de práctica. Se tomaron 8 diferentes artes marciales (judo, karate, taekwondo, aikido, lucha, kickboxing, wushu y boxeo). El objetivo era recoger datos en relación a las experiencias de los niños y la opinión de su propio desenvolvimiento marcial (motivos de participación, entrenamiento, experiencia en competencias y efectos en el comportamiento). La evidencia concluye que el efecto de las artes marciales sigue siendo escasa, ya que no todos los resultados de las investigaciones apuntan en la misma dirección.  Se sabe poco sobre la forma en que los niños experimentan su participación en artes marciales, pero los resultados parecen apoyar la relación entre la práctica de artes marciales y las respuestas socio psicológicas positivas (Theeboom, De Knop & Vertonghen, 2009).
Son numerosos los estudios centrados en la relación de las artes marciales con la violencia y el autocontrol, sobre todo en grupos de jóvenes y adolescentes. Algunos se refieren a la mejora de las oportunidades personales  y sociales, mientras que otros advierten contra el aumento de los niveles de agresividad y el comportamiento antisocial entre sus participantes (Vertonghen & Theeboom, 2010).
En muchos casos se propone la práctica de artes marciales como una estrategia proactiva para prevenir la delincuencia en adolescentes, además de proponer la implantación y promoción de deportes de combate en escuelas, comunidades e instituciones juveniles. Esto debido a su influencia positiva en la disminución de la agresividad y el aumento de la capacidad de autocontrol (Rivera Pérez, 2009).
En su mayoría, los estudios indican que las artes marciales van más allá de una mera práctica deportiva, a pesar de que hallan numerosos psicólogos del deporte preocupados por las facetas específicamente deportivas de las artes marciales, hay otras dimensiones que interesan al psicólogo clínico, educativo, social. En las artes marciales hay todo un arsenal de técnicas y todo un bagaje de conocimientos en los que los psicólogos pueden seguir ahondando con el objeto de continuar estudiando las condiciones de mejora del bienestar físico y psicológico del ser humano. También, en sentido contrario, los psicólogos pueden aportar sus conocimientos a las artes marciales (López López, 1994).
Como se planteó anteriormente, existe gran cantidad de investigación científica que evidencia una influencia de las artes marciales en la disminución de la ansiedad, la percepción del bienestar psicológico, lo que beneficia el desarrollo del autoconcepto, autocontrol, disminución de la agresividad y regulación de los estados de ánimo. Todo esto nos conduce a pensar la evidente aportación positiva en la salud mental y la calidad de vida de los sujetos.


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