Ningún camino como camino, ninguna limitación como limitación.
En este
artículo intentaré profundizar en esta famosa frase de Bruce Lee: “No tener
ningún camino como camino, no tener ninguna limitación como limitación.”
¿Qué es no tener ningún camino como camino?
¿Qué es no tener ninguna limitación como limitación?
Los
practicantes de artes marciales tienen que elegir un camino: Karate, Kung Fu,
Aikido, Tai Chi, Muay Thai, por nombrar algunos.
En el camino elegido se experimentan diversas situaciones de alegría y satisfacción al lograr un objetivo: incorporar nuevos movimientos, avanzar de graduación, derribar a un oponente, recordar una forma, vencer una barrera física o mental, etc.
También surgen, claro está, decepciones y frustraciones como limitantes que ponen a prueba la tenacidad y la voluntad de perseverar en el camino elegido o bien decidir por otro camino distinto.
En el camino elegido se experimentan diversas situaciones de alegría y satisfacción al lograr un objetivo: incorporar nuevos movimientos, avanzar de graduación, derribar a un oponente, recordar una forma, vencer una barrera física o mental, etc.
También surgen, claro está, decepciones y frustraciones como limitantes que ponen a prueba la tenacidad y la voluntad de perseverar en el camino elegido o bien decidir por otro camino distinto.
Todas
estas vicisitudes implican tener caminos y tener también limitaciones. Para
comprender el sentido profundo de esta reflexión, el observar desde un punto de
vista más amplio nos hará ver no sólo el camino de un arte marcial particular
con sus logros y limitaciones; sino también al artista marcial que toma un
camino y encuentra limitaciones: al ser humano que decide un camino y encuentra
limitaciones a la hora de vivir.
Cuando se dice no tener ningún camino como camino ¿qué se está diciendo?
Salir de
casa rumbo a la escuela de artes marciales, subir al auto, al colectivo, ir en
bicicleta o a pie. Algún camino hay que tomar para llegar a la clase, no tomo
el más largo porque ya se me hizo tarde, voy por el camino más directo. Tomo un
camino.
Salgo de casa temprano, elijo el camino más largo. Tomo un camino.
¿Cómo no tener, entonces, ningún camino como camino?
Salgo de casa temprano, elijo el camino más largo. Tomo un camino.
¿Cómo no tener, entonces, ningún camino como camino?
Para
llegar al lugar de entrenamiento o a cualquier otro lugar hay que tomar un
camino; no tener ningún camino está haciendo alusión a un camino interior, a un
recorrido que tomamos internamente mientras transitamos cualquier camino
externo. ¿Qué es un camino?
Un
camino es una senda, un recorrido, una vía, un sector de naturaleza allanado,
transitado, habitado, habitable, civilizado, urbanizado, seguro, confortable,
estable, conocido.
Claramente
son necesarios los caminos exteriores para llegar a cualquier punto del mapa,
para trasladarnos por la ciudad y realizar las actividades cotidianas; pero,
¿son necesarios los caminos internos? Es decir, ¿es necesario transitar
constante y rutinariamente en nuestro interior el mismo camino una y otra vez,
incluso cuando ese circuito interno provoca gran confusión y dolor?
“No
tener ningún camino como camino” puede estar diciendo: no anhelar ninguna
seguridad a futuro, no acampar en sitio confortable creyéndolo algo eterno, no
creer que todo es conocido. No cobijar la ilusión de que la vida es estable y
exenta de cambios, crisis y transformaciones.
¿Cómo será no tener ninguna limitación como limitación?
En
primer lugar tenemos que preguntarnos ¿qué es una limitación? ¿Qué clases de
limitaciones existen?
Una
limitación es una barrera, un obstáculo, algo que impide o dificulta la
consecución de un objetivo. Existen limitaciones físicas, limitaciones
temporales y espaciales, pero sobretodo existen limitaciones mentales, límites
autoimpuestos sin correlatos empíricos ni afirmaciones pragmáticas.
Es decir: pensar que algo no se puede sin
haberlo intentado; ver como imposible aquello que nunca se probó. Creer tener
la respuesta antes de hacer la pregunta. Es como el elefante que es atado
durante sus primeros años con una débil soga a un poste irrisoriamente pequeño,
el pequeño elefante intenta salir y no puede, sin embargo ese “no puedo” sigue
limitándolo aun cuando ya triplica en peso y tamaño y continúa atado al mismo
poste.
¿Qué es, entonces, no tener ninguna limitación como limitación?
¿Será
algo parecido a no tener ideas (prejuicios) previas acerca de uno mismo? ¿Será
algo así como no tener más respuestas que preguntas?
“No tener” dice, soltar, vaciarse, no poseer ni siquiera
limitaciones que me limiten antes de hacer la prueba, antes de intentarlo, no
tener ese algo que me limita a priori.
Y si
tenemos limitaciones, ¿no serán ellas mismas un camino? No tener ninguna limitación
como limitación puede leerse también como “no tener ningún camino como camino”.
¿Cuántas veces seguimos el camino de nuestras autoimpuestas limitaciones,
también conocidas como: yo nunca, yo siempre, yo no, a mí nunca, a mí siempre?
Y si
tomamos entonces como camino nuestras limitaciones, ¿veremos alguna vez algo
más que no sea nuestro límite reflejado en el espejismo que se forma en el
camino?
Juan Emilio Abálsamo
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