jueves, 24 de noviembre de 2016

Kung Fu y Budismo, su origen místico y filosófico:


La máxima victoria es la que se gana sobre uno mismo
Ni siquiera un dios puede cambiar en derrota la victoria de quien se ha vencido a sí mismo.
Buda


El Kung Fu se reconoce en el mundo Occidental como el arte marcial que proviene de China, pero ciertamente el concepto y su historia representan mucho más que la lucha cuerpo a cuerpo o el manejo de una situación por medios violentos. Las disciplinas que pertenecen a la categoría de boxeo Chino y entrenamiento de combate se denominan con el nombre de Wu Shu, que por el significado literal de sus ideogramas, es mucho más propio para tal efecto, ya que Wu significa guerra y Shu  arte.
En cambio el maravilloso concepto de  Kung Fu pretende alcanzar  un significado más profundo, que navega en el anhelado horizonte de la impecabilidad del ser.  Puede entenderse como disciplina, eficiencia, entrenamiento o poder. Pero lejos de significar un  poder sobre los demás, se refiere al poder  que se desarrolla a través del tiempo sobre uno mismo, ya sea físico o espiritual. La lectura poética de sus ideogramas nos simboliza algo que se obtiene con el tiempo, a partir del incremento y fortalecimiento de la propia voluntad. Así podemos entender que en occidente se ha mal interpretado este profundo y abarcador concepto.
 Para aclarar  la confusión puede servirnos pensar  que cuando nos referimos al Kung Fu no sólo estamos hablando de aprender a pelear o a defendernos, debemos entender que más bien, se trata de un entrenamiento constante que nos permite alcanzar un nivel superior de vitalidad, equilibrio, fuerza interior, discernimiento y criterio personal. O sea, un desarrollo psicofísico completo que cuenta con un encuadre filosófico específico que lo respalda,  al tiempo que posibilita un mayor autoconocimiento y desarrollo del ser. Un estado de consciencia nuevo y más elevado. Seguramente podremos entenderlo mejor si nos remontamos al origen milenario de este ejercicio filosófico,físico y marcial.




“Erase un vez en China…”  

Al parecer, por lo que cuentan algunos pocos registros escritos, el arte de la lucha y la guerra en China tiene un origen muy antiguo, de más de  5000 años de historia y perfeccionamiento. Pero el Kung Fu data aproximadamente del año 495 D.C. Precisamente con el místico encuentro de dos corrientes filosóficas y espirituales, pilares de la cultura y el pensamiento de China como son el taoísmo y el budismo. Dos religiones de corte filosófico pero sobre todo práctico, que se proponían mejorar la calidad vida del ser humano en su totalidad.
 El taoísmo es la filosofía y la tradición mística de la cultura China por excelencia. Se inspira en el TAO que es  considerado una fuerza de vida que media entre el cielo y la humanidad creando una correspondencia infinita. Esta religión predicaba la búsqueda individual de una forma más elevada de existencia. Denunciando que la cultura China se encontraba corrupta, buscaba deshacerse de las costumbres cotidianas para encontrar un camino en las fuerzas naturales y espirituales de la vida.
Mientras que el budismo también desechaba los modos mundanos y culturales de la época. Predicaba una serie de prácticas espirituales relacionadas a los rituales religiosos de la corriente budista Mahayana (el gran vehículo de salvación), que fue la primera en infiltrarse en territorio Chino, a lo largo de la ruta de la seda en el intercambio entre China e India. Esta corriente se concentraba en la oración, la lectura de las escrituras y las buenas acciones entre otras cosas.
Todos los datos que se tienen hasta el momento nos llevan a pensar que el lugar de encuentro de estas escuelas y el surgimiento de este sistema de entrenamiento de la consciencia es el enigmático templo de Shaolin, que significa “el templo del bosque nuevo o pequeño bosque”. Se trata de un monasterio construido por orden del emperador Hsiao Wen al norte de la montaña Shao Shi durante la dinastía Wei del norte (386-534). Se cree que fue construido para impulsar la práctica y el desarrollo del budismo Mahayana y el Taoísmo. Allí los monjes ocupaban todo su tiempo en la traducción de los textos sagrados del sanscrito al chino y la forma de vida religiosa.


Monje Shaolin meditando

Pero la búsqueda del despertamiento (bodhi) ha representado la meta más elevada para los seguidores de Buda de todos los tiempos, y debido a eso es que las diferentes escuelas han ido cambiando sus inclinaciones y técnicas en pos de mejorarlas, con la pura intención de horadar más profundamente en el obscuro abismo de la consciencia humana.  
Unos de los hechos más relevantes en la historia de las transformaciones de las escuelas espirituales del extremo Oriente, fue la revolución que produjo la mítica llegada del príncipe hindú Bodhidarma en el año 519 d.C. Quien posteriormente será llamado en China Da Mo. Siendo este vigésimo octavo patriarca del budismo, hijo del rey  Suganda  de la región de Madras. Abandonó su país, su posición social y todas sus riquezas. Inspirado en la enseñanza de los puntos de vista del “dhyana”, una nueva técnica de meditación budista.
Tamo / BodhiDharma
Su poderosa influencia y convicción transformaron por completo las prácticas y costumbres del budismo tradicional de la época, dando lugar a una integradora forma de conocimiento y entrenamiento espiritual. Que en conjunto con la escuela filosófico-religiosa taoísta derivó en la creación de una tendencia budista nueva, denominada Chan, pero más conocida en Occidente por su nombre japonés Zen. Esta predicaba un retorno a los modos de vida más austeros y puramente espirituales en contacto con la naturaleza, en la que la salvación podía obtenerse solo a través de la iluminación interior. Debido a eso manifestó una inclinación especial por la meditación, que ponía más énfasis que las demás en el propio despertar como núcleo central de la práctica budista.


Este es el recorrido histórico del surgimiento del Kung Fu y el sustento filosófico de su práctica, donde los misterios de su enseñanza se encuentran codificados aun…

Autor de la nota:

Juan Manuel Torres.

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