"El cielo tiene tres tesoros que son el Sol, la Luna y las Estrellas.La Tierra tiene tres tesoros que son el Agua, el Fuego y el Viento.La persona tiene tres tesoros que son la Esencia, el Chi y el Espíritu.Con la utilización de ellos se puede unir el Cielo y la Tierra."
Poesía Taoísta.
La práctica del Tai Chi representa el acceso a una
nueva dimensión de la interpretación que tenemos de la experiencia cotidiana y
de nosotros mismos. Esto Implica dar un salto a otro nivel de experiencias, el
cual se manifiesta como un poder que se adquiere paulatinamente sobre uno mismo
a medida que se avanza en el entrenamiento.
Para alcanzar ese poder debemos vencer los miedos y
controlar emociones como pueden ser la ira, la angustia, la preocupación o la
ansiedad, que nos consternan y nos
impiden crecer. Esto podemos lograrlo en nuestro ejercicio a través de aquietar
la mente, unida a la respiración.
Los tres tesoros de la vida humana Jin, Chi y Shen, están directamente ligados
con la alquimia interior o Xiu Lan, el principio máximo de cómo mantener y
prolongar la vida, el cual representa el contenido esencial del Taoísmo.
Los Tres Tesoros se refieren a Jing (la esencia), Qi
(la energía vital) y Shen (el espíritu); se denominan tesoros porque el
agotamiento o insuficiencia de cualquiera de ellos compromete y afecta a todo
el organismo. Se consideran el origen y raíz de la vida y también se les llama
las tres raíces (San Yuan).
Jing pertenece
al tantien inferior que se ubica debajo del ombligo, se lo asocia con la
vitalidad, con la esencia, es la manifestación energética en el ser humano y se
exterioriza en el cuerpo físico, en la estructura. Toma lo inmanifiesto/manifestado
es la esencia previa a la concepción, la raíz.
El Chi se identifica con el viento, la respiración y el aliento que
recorre el cuerpo. Shen es el espíritu que reside en el corazón .
La práctica regular del Tai Chi nos permite sincronizar y alinear nuestro
cuerpo, mente y espíritu en una visión integradora. Cuando la esencia del
cuerpo deja que el Chi circule libre sin tensiones y el corazón dirija,
entonces hemos atravesado el umbral de la
recortada visón cotidiana de nuestro pequeño ego, hemos atravesado la puerta
sin puerta del Zen, hemos por fin vivenciado a nuestro cuerpo como un verdadero
templo alquímico
Jing, Qi y Shen son tres formas diferentes de energía que
gobiernan el cuerpo (Xing) que es la forma en la que se manifiestan mediante
metamorfosis (Hua).
Jing significa la parte más original y refinada de todas las
cosas. Jing existe en todo. Es la fuente original de todos los seres vivos y
determina la naturaleza y características de los mismos. Es la raíz de la vida.
El Jing es indispensable para la presencia del Shen. Qi es la energía interna
del cuerpo, asi mismo el Jing necesita el Qi para manifestarse. El Qi no podría
manifestarse bajo una forma individual sin el impulso del Shen para
configurarlo, o sin la presencia del Jing para definir la trama y el hilo
conductor de sus transformaciones. Shen es el espíritu, es lo que nos hace
humanos. El Shen debe nutrirse con Qi. El Qi depende de la fuerza de Shen.
El clásico Wen
Tze, escrito por un discípulo de Lao Tze, dice:
“El cuerpo es el
templo de la vida. La energía es la fuerza de la vida. El espíritu es el
gobernante de la vida. Jin, Chi, Shen, si
uno de ellos se desequilibra, los tres resultarán dañados. Como gobernador de
la vida, el espíritu (shen) reside en el templo del cuerpo y gobierna la fuerza
vital de la energía, así este arreglo beneficia a los Tres Tesoros.”
De arriba a abajo. Jing, Chi, Shen |
Autor de la nota: Juan Manuel Torres.
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